La inmunización es una de las historias de éxito de la medicina

Feb 7, 2023 | Estar bien

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TEXTO ÁREA DE RELACIONES LABORALES Y PREVENCIÓN – ESPAÑA | IMÁGENES ISTOCK

Tanto es así que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece:
«La inmunización es un componente esencial de la atención primaria de salud, un derecho humano incuestionable y una de las mejores inversiones económicas en salud.»

La inmunización evita cada año entre 3,5 y 5 millones de defunciones por enfermedades como la difteria, el tétanos, la tos ferina, la gripe y el sarampión. Más de 20 patologías potencialmente mortales como la neumonía neumocócica, el cáncer de cuello uterino, el cólera o la meningitis se pueden evitar mediante la inmunización.

Las vacunas, aunque comúnmente asociadas a la infancia o a la adolescencia, preservan también la salud en la edad adulta, durante el embarazo y en la ancianidad, protegiendo especialmente así a las personas más vulnerables, permitiéndoles sobrevivir sin ningún tipo de secuela derivada del padecimiento de la enfermedad (por ejemplo, las secuelas de la poliomielitis).
Además, la incidencia de brotes epidémicos entre las poblaciones no vacunadas resulta compleja y más costosa de controlar que la ejecución de un programa de vacunación comunitario.

Durante más de 200 años, las vacunas han formado parte de la humanidad en su lucha contra las enfermedades y debemos considerarlas como una de las mejores herramientas disponibles para mejorar la salud de la población, especialmente si estamos considerando una acción preventiva.

¿Qué es un programa de inmunización?

Es uno de los componentes de los sistemas de salud, un programa que abarca desde la inmunización sistemática de las poblaciones de riesgo a otros conceptos como las vacunas de recuperación, la intensificación de la vacunación de forma periódica, así como los esfuerzos orientados a disminuir las vacunas desperdiciadas o las dosis no puestas.

¿Cómo funcionan las vacunas?

Las vacunas actúan reduciendo el riesgo de contraer enfermedades, reforzando las defensas naturales del organismo y ayudándolo a protegerse.

Cuando una persona se vacuna se activa su sistema inmunitario se activa, adiestrándolo a generar anticuerpos, del mismo modo que sucede cuando se ve expuesto a una enfermedad. Sin embargo, al contener formas inactivadas o debilitadas de los patógenos (como virus o bacterias), no nos causan los mismos síntomas.

El sistema inmunitario es el conjunto de células y moléculas que se encargan de defendernos frente a posibles agresiones. Este no tiene una localización delimitada, ya que sus integrantes se encuentran en cualquier parte del organismo.

El sistema inmunitario está integrado por:

  • El sistema inmune innato. Es el más primitivo y se encarga de las acciones más generales.
  • El sistema adaptativo. Se encarga de dirigir la respuesta hacia un blanco determinado y dota al sistema de una característica muy importante, la memoria.

La parte innata actúa de forma rápida, eliminando parte del problema, y se encarga de avisar a la parte adaptativa, que tarda algo más en responder. Una vez que la inmunidad adaptativa detecta el problema por primera vez, no lo olvida, sino que lo guarda en su memoria, de manera que, si lo vuelve a detectar, responde de una forma más rápida y potente.

El sistema inmunitario es el conjunto de células y moléculas que se encargan de defendernos frente a posibles agresiones. sin una localización delimitada, sus integrantes se encuentran en cualquier parte del organismo.

Las células del sistema inmunitario son los fagocitos, que actúan reconociendo determinados patrones moleculares característicos de los microorganismos, engulléndolos (los fagocitan) y eliminándolos; después muestran partes de estos microorganismos para que los linfocitos T y B los conozcan.

Los linfocitos son componentes del sistema inmunitario adquirido. Los linfocitos B son los productores de los anticuerpos, que son capaces de reconocer moléculas denominas antígenos y bloquean los microorganismos, evitando infecciones en las células diana.

la digitalización y el análisis de datos facilitarán la posibilidad de monitorizar de forma efectiva el desempeño, el alcance y la eficiencia de los programas vacunales.

¿Cuál es la situación actual de la inmunización y cómo ha afectado la pandemia del COVID 19 a la agenda de inmunización 2030?

A pesar de los enormes progresos realizados, en los últimos años la cobertura de vacunación se venía estancando para reducirse por primera vez en una década en el año 2020. La pandemia y las perturbaciones causadas por la COVID-19 han forzado los sistemas de salud estos últimos dos años y se estima que, al menos, 23 millones de niños no pudieron ser vacunados frente a otras enfermedades en el año 2020. Esta cifra supera en 3,7 millones a la del año 2019 y es el valor más elevado desde 2009.

Los primeros datos correspondientes a 2021 facilitados por la OMS muestran que la pandemia continuaba afectando a la vacunación, si bien a finales de año todos los países estaban vacunando contra el COVID-19 y ya se habían administrado cerca de 12.000 millones de dosis de estas vacunas a través del Acuerdo COVAX.

¿Cuál es el futuro de la inmunización?

Las líneas futuras de la inmunización avanzan hacia una mayor innovación, con el desarrollo de nuevas vacunas, la implantación de formas innovadoras de administración (técnicas sin agujas), la mejora en la distribución y almacenaje de las vacunas, permitiendo el acceso a poblaciones aisladas, y con la mejora de los servicios de vacunación, representan las líneas futuras.
Adicionalmente, la digitalización y el análisis de datos facilitarán la posibilidad de monitorizar de forma efectiva el desempeño, el alcance y la eficiencia de los programas vacunales.

Tal y como recoge el Objetivo para el Desarrollo número 3 de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, la inmunización desempeña un papel fundamental en el logro de garantizar una vida sana, promoviendo el bienestar para todos en todas las edades.

Lo que la OMS persigue se puede resumir en: «Un mundo en el que todas las personas, en todas partes y a todas las edades se beneficien plenamente de las vacunas para su salud y bienestar, reduciendo la mortalidad y la morbilidad de las enfermedades transmisibles, favoreciendo el acceso universal a la vacunación de la población a lo largo del curso vital, contribuyendo así al logro de la cobertura sanitaria y al desarrollo sostenible.»

Para MAPFRE la salud de las personas es clave. A través de nuestro modelo de empresa saludable, basado en las directrices de organismos internacionales como la OMS, contribuimos también al cumplimiento de la Agenda 2030, y en concreto al Objetivo número 3 que tiene por objeto garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.

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