Ciclo “Ageingnomics”

Oct 18, 2018 | Informe, Relatoiro

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Coche autónomo y otras tendencias en movilidad sostenible

Una de las tendencias más significativas en el siglo XXI es que el mundo está envejeciendo a gran velocidad. Para 2050, habrá más personas de edad que niños menores de 15 años y en el momento actual, las personas mayores empiezan a ser clave en el crecimiento económico. Por este motivo MAPFRE y Deusto Business School se han unido para crear los Encuentros Ageingnomics o Economía del Envejecimiento en los que analizar asuntos vinculados al envejecimiento y a las oportunidades económicas que supone para el mundo, y en particular para España, el alargamiento de la vida.

TEXTO DEUSTO BUSINESS SCHOOL (adaptación) | FOTOGRAFÍAS THINKSTOCK

En el primero de estos encuentros, celebrado el pasado 26 de junio, representantes de grandes empresas, sector público, expertos, académicos, startups y nuevos players debatieron sobre movilidad sostenible y coche autónomo. Antonio Huertas, presidente de MAPFRE, indicó que la sociedad que disfrutaremos en los próximos años tiene unas características diferentes a las conocidas hasta ahora y se nos presenta una gran oportunidad: las personas van a poder vivir más y deben vivir mejor. Aparecen nuevas situaciones y es la hora de abordar nuevos retos como el envejecimiento activo. Además, somos 5.000 millones de personas en el planeta. ¿Cómo se mueven y, sobre todo, cómo se van a mover las personas?

El sector del seguro

La profunda transformación del sector del automóvil incide en el sector del seguro. José Manuel Inchausti, vicepresidente de MAPFRE y CEO de MAPFRE IBERIA, distingue tres fenómenos alrededor de toda esta transformación del automóvil. El primero hace referencia al coche conectado. Desde hace muchos años, los fabricantes vienen introduciendo medidas que mejoran la seguridad y disminuyen la siniestralidad, y esto tiene que tener un impacto en la prima. Habrá menos víctimas, pero las que haya tendrán el mismo nivel de protección que el que tienen ahora, y la responsabilidad se irá trasladando desde el conductor, al fabricante que suministre el software de conducción autónoma. Y desaparecen unos riesgos pero aparecen otros como la ciberseguridad.

El segundo fenómeno es el cambio de rol que están teniendo fabricantes y dealers al convertirse en suministradores de movilidad. Los fabricantes quieren mantener la cadena de valor completa: se vende el coche junto con la financiación, el seguro y el mantenimiento, fidelizando al cliente dentro de la marca porque tiene en ella todos los servicios que necesita. Las compañías de seguros y los fabricantes de vehículos son socios porque son proveedores y clientes las unas de los otros (MAPFRE, por ejemplo, trabaja como partner con Renault). Aquí, entran en juego las empresas que van a aportar el software necesario y surgen nuevas cuestiones: ¿ese software lo va a desarrollar Google, Apple o las marcas? ¿Y de quién son los datos? José Manuel Inchausti aboga por que todo el que pueda hacer un bien hacia el cliente final con esos datos que se están generando, como es el caso de las compañías de seguros, debe tener acceso a ellos.

El tercer factor son los retos de la economía colaborativa. Empresas como Cabify, Mytaxi o Blablacar tienen en común que venden movilidad y pago por uso, pero sus modelos de negocio difieren bastante. Los retos para las compañías de seguros son la gestión de grandes flotas y adaptar las pólizas de seguros y coberturas a estos nuevos usos.

Para cubrir todos estos aspectos, MAPFRE ha puesto en marcha iniciativas como SAM 3.0 (Seguro de Auto MAPFRE 3.0), para convertirse en un actor destacado de la nueva movilidad; también ha implantado tarifas más baratas para los vehículos con sistemas ADAS (Sistema Avanzado de Asistencia a la Conducción); se está trabajando en pago por uso; el primer coche autónomo que está circulando por las carreteras españolas está asegurado por MAPFRE. Además, la compañía quiere convertirse en el mejor partner de los fabricantes (solo en España tienen 400.000 pólizas de seguros de automóviles que vienen de acuerdos de este tipo con diversas marcas). Finalmente, se está estudiando qué aportación tecnológica se puede hacer desde una empresa aseguradora, y en este sentido ya han lanzado una app con algunos servicios que favorecen la relación con las marcas.

Nuevas modalidades de movilidad

En el encuentro se debatieron también las nuevas tendencias en lo relativo a movilidad urbana y ciudades sostenibles. El objetivo es que los ciudadanos dejen el coche particular, un medio de transporte contaminante, poco eficiente y rentable y que, además, genera atascos, a una solución de movilidad donde este coche particular se vaya eliminando en favor de los vehículos compartidos, que serán eléctricos y que estarán coordinados de una manera inteligente mediante plataformas.

Este cambio de tendencia está marcado por un lado por los jóvenes (Millenials y Generación Z), que ya no sienten la “necesidad” de poseer o alquilar un coche sino de disfrutar experiencias, y por otro en la aparición del coche eléctrico y el autónomo. Con estas nuevas variables, el sector del taxi, el de alquiler de vehículos con conductor (VTC), el coche compartido, etc. son opciones que irán confluyendo para ofrecer servicios compartidos.

Evolución

El proceso de transformación ya ha comenzado, pero las nuevas tecnologías lo están acelerando de forma vertiginosa. Solo el 1% de los jóvenes se mueve en coche particular, frente a un 80% que utiliza nuevas fórmulas.

La gran evolución vendrá asociada al vehículo eléctrico y su positivo impacto medioambiental y a la implantación del coche autónomo.

Esto tendrá un impacto positivo en todos los sentidos: menor contaminación, menos vehículos en la calle, mayor espacio disponible (los vehículos aparcados ocupan más del 35% del espacio en las ciudades) y reducción del coste por kilómetro.

Pero si la movilidad urbana está definida por esas dos tendencias (la multimodalidad y la sostenibilidad), en la larga distancia: el vehículo en propiedad sigue teniendo un peso importante, ya que mucha gente no tiene otra forma de hacer las conexiones que necesita. Sin embargo, ya existen aplicaciones que permiten compartir coche de casa al trabajo desde las afueras de la ciudad y también para trayectos más largos.

En todo ese cambio es fundamental sumar a esta evolución tecnológica a personas de distintas edades. Hay que trabajar en superar la brecha digital asociada al envejecimiento demográfico.

La industria del automóvil en el futuro de la movilidad

El sector del automóvil, estratégico en España, va a cambiar más en los próximos 10 años de lo que lo ha hecho en los últimos 50 y su adaptación a esa evolución es lo que definirá su futuro.

El sector de la automoción supone el 10% del PIB, con 17 fábricas en España e importantes inversiones en I+D (en el mundo, el sector invierte 40.000 millones de euros en I+D).

El futuro

Los fabricantes de automóviles se están convirtiendo en prestadores de soluciones de movilidad. Y su futuro apunta a coches de bajas o cero emisiones, compartidos, conectados, autónomos… Estamos ante un nuevo modelo de movilidad que tiene mucho que aportar para favorecer a colectivos de más edad; redundará en la renovación del parque automovilístico de España (con una edad media que supera los 12 años), lo que significa menos emisiones de CO2 y mejora de la tecnología de protección y seguridad vial.

La industria está trabajando para aportar al mercado un vehículo eléctrico mucho más sencillo de manejar —lo que facilita su uso a gente mayor—, que será también un vehículo conectado, con una pantalla con información sobre el tráfico, carreteras o dónde aparcar. Y además este vehículo del futuro podrá ser compartido gracias a distintas plataformas.

Pero, sobre todo, se plantea algunas cuestiones fundamentales en este nuevo entorno: cómo regularlo, quién va ser el propietario de los datos de un vehículo conectado, cómo se van a gestionar estos y el riesgo de ciberseguridad implícito, y cómo hacer para que en España se desarrollen plataformas en torno a estos servicios de movilidad.

Eso sí, lo más importante es que el ser humano sigue estando en el centro de todo, tanto desde el punto de vista de la fabricación como del cliente.

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